lunes, 2 de abril de 2012

UNA CONFERENCIA EXCELENTE DE CARLOS KASUGA

http://www.youtube.com/watch?v=aI5des_KKlE

Hoy ponemos una conferencia del gerente de YAKULT CARLOS KASUGA

Carlos Kasuga: “todo lo que hagas, hazlo bien”



El pasado 9 de febrero se realizó la conferencia magistral "El bien ser y hacerlo bien" del destacado empresario nikkei Carlos Kasuga en el auditorio del Centro Cultural e Informativo de la Embajada del Japón. La actividad fue organizada por el Centro Nikkei Argentino y el Centro Argentino de Ex becarios del Japón. Presentamos los conceptos brindados al numeroso público que se dió cita en la sede cultural de la Embajada del Japón.
"Soy hijo de inmigrantes japoneses que en los años treinta tuvieron la gran visión de escoger esta tierra. Soy de fabricación japonesa, pero orgullosamente hecho en México" son las primeras palabras que Carlos Kasuga expresa al público con suma emoción y convicción. Y agrega: "Esto me dió la gran oportunidad de vivir en un hogar japonés, con idioma, costumbres y tradiciones japonesas y desarrollarme en el medio nacional mexicano”.
En cada palabra que el destacado empresario nikkei Carlos Kasuga Osaka expresa, son motivo de reflexión y enseñanza. Y no es casualidad que sus conceptos tengan como principales receptores a los jóvenes: "El objetivo de mi vida ha sido tratar de ayudar a los jóvenes, que estudien muy fuerte, que sean empresarios de la vida, que generen muchas fuentes de trabajo a mucha gente, que tanto hace falta en toda latinoamérica".
Carlos Kasuga sostiene que para tener una empresa de calidad, una familia de calidad, una institución de calidad, primero la persona tiene que comprometerse con uno mismo y con su gente y así ir formando "hombres de calidad".
Para ésto, Kasuga sugiere seguir cuatro pasos: el "bien ser", el "bien hacer", el "bien estar" y el "bien tener".
Bien Ser
"Debemos ser puntuales, ser honestos, ser trabajadores, ser disciplinados, ser cariñosos... El principio fundamental es el respeto. Si no es tuyo debe ser de alguien... por ejemplo: si este anillo te lo encontraste y no es tuyo debe ser de alguien, entonces devuélvelo ! ... si te encuentras una billetera y no es tuyo debe ser de alguien... si te encuentras en una fiesta a una señora y no es tuya, debe ser de alguien..."
Bien hacer
"Todo lo que hagas, hazlo bien... si te vas a levantar hazlo bien, si te vas a vestir hazlo bien, si te vas a despedir de tu familia hazlo como si fuera el último saludo... es hacer las cosas bien". Las personas que dan más de lo que reciben, a su familia, a sus hijos, a sus trabajadores, a sus empleados, a su sociedad, van a llegar al tercer paso: el bien estar".
Bien estar
"Este paso es sinónimo de felicidad, porque diste lo mejor de tí a toda la gente con la que tuviste la fortuna de tratar en el día de hoy".
Siguiendo los tres pasos: bien ser, bien hacer y bien estar... tarde o temprano nos llevarán al "bien tener".
Bien tener
"Recuerden: no busquen tener el bien tener rápido y fácil sin hacerlo bien y mucho menos sin sentirlo bien. El bien tener es el resultado de desarrollar los tres pasos anteriores: el bien ser, bien hacer y bien estar".
Los Nikkei
También hay lugar para una definición de los Nikkei:
Somos hombres 120% con lo mejor de Japón y el país de nacimiento.. 60% japonés y 60% del país donde nacimos. Somos pequeños embajadores de Japón en el país donde nacimos y residimos. De la misma manera, somos embajadores de nuestros países de procedencia ante el Japón.”
Educación
Carlos Kasuga se refiere a la importancia de la educación:
"Mi padre me enseñó: si quieres riqueza para tí y para toda tu gente que te rodea, siembra en ellos educación.
En latinoamérica nos procupamos solamente por la educación del conocimiento y por las calificaciones. Lo que nos hace falta es una educación formativa, es decir una educación de valores.
Y si nuestros gobiernos no pueden pagarles más dinero a los maestros, es nuestra obligación brindarles a ellos muchos sueldos moral, sueldo moral de agradecimiento, de reconocimiento, de profunda gratitud".
Limpieza
"Otro de los problemas es la falta de la higiene, de la limpieza. Debemos enseñar a la niñez, a nuestra gente, a nuestros empleados, a nuestros trabajadores, que la virtud más noble que tiene el ser humano es la limpieza. Es muy común ver a empresarios, ejecutivos, directores, jefes que tienen baños privados, espejos relucientes, jabones perfumados, toallas blancas... mientras el baño del trabajador es un verdadero cochinero... ¿ Ustedes creen que el trabajador no tiene dignidad ?... no tiene sentimiento ni orgullo?... es así que al ver esta diferencia, el trabajador no se llega a poner verdaderamente la camiseta de su empresa".
Buen ejemplo
"Los jefes, directores ejecutivos, empresarios, ponemos reglamentos como los que se vá a sancionar al trabajador que llegue diez minutos tarde.
Es así, que muchas veces, estos altos ejecutivos llegan a bordo de su BMW una hora tarde y nadie dice nada. Mientras que el pobre trabajador que se levantó tempranísimo, caminó ocho cuadras, tomó el colectivo después de minutos de espera, soportó el calor y la incomodidad con otras personas y por un accidente imprevisto en el camino llegó 1 minuto tarde y lo sancionaron ! ... ¿ Cómo creen que se siente el pobre trabajador ?... rabia, injusticia e impotencia seguramente serán algunos sentimientos que aflorarán ante este hecho. El buen jefe, buen director, buen empresario debe ser el primero en llegar y el último en irse... el ejemplo arrasa, el ejemplo causa admiración, el ejemplo es lo que crea la disciplina de un pueblo, de una empresa, de una nación... el buen ejemplo".
Valores
"Cuando estaba estudiando la carrera de contador público iba a la Universidad temprano. En el camino les compraba el periódico a los jóvenes que los vendían en la calle. Les daba un billete de 100 pesos y como costaba unos 50 centavos me tenían que regresar $ 99.50.. pero al no tener cambio, les decía que me los regresen a mi vuelta del trabajo. Muchos no lo hicieron, pero los que sí lo regresaron son los que actualmente tienen un porvenir, son ellos los actuales ejecutivos y directores de mi empresa y tienen todo el confort y bienestar económico. Por eso digo que en latinoamérica con su gente se puede, siempre que le des educación formativa.
Para qué quieres en tu empresa un contador, un ingeniero, un licenciado con dos maestrías, si no es honesto, si no es puntual, si no sabe trabajar en equipo, mientras más años lo tengas en la empresa más daño te vá a ocasionar. Los valores no tienen precio. Pero es lo que hace al ser humano, a las empresas grandes.
Responsabilidad y esfuerzo
"Se suele escuchar como nuestros trabajadores, nuestros alumnos, nuestros hijos, muchos de nosotros decimos: se rompió, se cayó, se perdió... pero cuando se pregunta quién lo hizo ?... nadie se hace cargo.
Otro ejemplo... cuando se le pregunta a una persona: no aprendiste inglés ?... la persona responde: no me lo enseñaron. Cuando la respuesta podría ser: porque no quise aprenderlo".
"Si quieren ser libre, si quieren volar alto, y si quieren triunfar en la vida... van a tener que develarse muchas noches, sacrificar muchos fines de semana, esforzarse.
Si esperan que se los dé papá gobierno, si esperan que se los dé el patrón o esperan que se los dé alguien... les digo que los felicito, porque estarán haciendo una vida de elefante de circo, de hacer lo mismo todos los días".
Como en la religión
"Como en la religión, Japón y los países latinoamericanos somos diferentes... mientras que en Japón los fieles van a los templos a ofrecer, en este lado del mundo los peregrinos van a pedir y esperar. Y esto se repite a nivel empresarial: los sindicatos latinoamericanos presentan pliegos de peticiones (mayores sueldos, más vacaciones, más aguinaldo, etc.), mientras que los sindicatos nipones presentan pliego de ofrecimientos (ofrecemos bajar el nivel de error, ofrecemos mayor producción en menor tiempo, etc. ... objetivos que cumplidos, terminan en premiar a los trabajadores con beneficios en sueldos, vacaciones y aguinaldos, entre otros)... que pequeña, pero gran diferencia !".
El triunfador en esta vida, tarde o temprano siempre será el que dá y no, el que pide.
Por eso podemos decir: el que cumple sus obligaciones y dá más de lo que puede, convierte su mundo en un paraíso; el que sólo pide y sólo exige, convierte su mundo en un infierno. Y Siempre hay que tener en cuenta de hacer las cosas con el kimochi, o sea con el sentimiento, con el corazón".
Principios de la naturaleza
"En Japón las personas están educadas sobre los principios de la naturaleza. Ellos comparan las estaciones del año con las diferentes etapas de la vida:
Primavera: desde el nacimiento hasta los 20 años de edad. Durante este período la persona tiene la obligación de crecer tanto física, moral y espiritualmente, tratando de alcanzar su máxima plenitud.
Verano: desde los 20 hasta los 40 años de edad. Es una época frondosa. Casamiento, hijos, trabajo, tiempo libre.
Otoño: desde los 40 hasta los 60 años de edad. Cambia el cuerpo, cambian los estados emocionales, etc. Nos damos cuenta que estamos envejeciendo.
Invierno: desde los 60 años en adelante. Lo importante es llegar bien a esta etapa, con una jubilación óptima".

Don Carlos finaliza su conferencia con mucha emoción, contándonos un cuento que su padre le contó en su niñez:
"Había un bosque muy hermoso, donde vivían muchos animalitos. De repente, este bosque se empieza a incendiar y todos los animalitos empiezan a huir. Sin embargo, un gorrioncito se queda allí: vá al río, moja sus alitas, vuela sobre las llamas del incendio y deja que una o dos gotitas de agua, tratando de apagar el incendio. Pasa un elefante y le grita: gorrioncito no seas tonto !, huye como todos !... ¿ no ves que te vas a quemar ?...
Y el gorrioncito se voltea y le dice: No !, este bosque me ha dado todo, familia, alimento, amigos; pero por sobre todo felicidad... y no me importa morirme, por simple lealtad voy a tratar de salvar a mi bosque.
Y así; vá al río, moja sus alitas, vuela sobre las llamas del incendio y deja que una o dos gotitas de agua vuelvan a caer sobre el incendio.
Ante esta actitud, los dioses se compadecen de él y deja caer una fuerte tormenta y el incendio felizmente se apaga.
Y este bosque vuelve a reverdecer y florecer. Todos los animalitos regresan y vuelven a ser felices, más felices de lo que eran".


Kasuga reflexiona y nos deja esta definición:
"Tal vez su país esté en un incendio económico, social y político. Pero por favor les pido a todos y a cada uno de ustedes, que sean como ese gorrioncito y que todos los días dejen caer una o dos gotitas de sudor, de trabajo y de estudio... y si así lo hacen, Argentina se los agradecerá y Dios los bendecirá".

domingo, 1 de abril de 2012

EL HABLA COTIDIANA.

EL HABLA COTIDIANA.
Dirigir un cariñoso “buenos días” o interesarse de forma sincera por quienes nos rodean, son detalles que llenan nuestra vida.
Cómo cuidar los pequeños detalles:
~ Palabras que nos motivan. La comunicación cotidiana es una gran fuente de energía y motivación para todos. Un “buenos días” sincero y atento o 30 segundos para compartir una pequeña vivencia hacen milagros en las relaciones personales. Compruébalo.
~ Respeta a los demás. No pases por delante de alguien haciéndole sentir que es transparente. Un afectuoso “hola”, un “buenos días” o un comentario oportuno ayudan a que el respeto se instale entre nosotros.
~ Interésate por su vida. Deja de hablar del tiempo en el ascensor, o en la cola de la panadería. Estas personas con las que coincides cada día son tus vecinos. Interésate por ellos. “Róbales” una pequeña conversación. Les harás sentir -y a su vez ellos te lo harán sentir- mejor y más persona.
~ Fíjate en sus expresiones. ¿Hay alguien que hace mala cara? ¿Has notado si alguien exhibe una inusual sonrisa? Aprende a captar los gestos e interésate por lo que les ocurre a las personas de tu alrededor; muestra tu interés.
~ “Pierde” 30 segundos. Cada día, dedica 30 segundos a los demás. Comparte algo con un compañero de trabajo, ofrece un cariñoso saludo, habla de tus cosas cotidianas. Quizá perderás 30 segundos, pero veraz como acabas ganando una relación.

VIVIR SIN PREJUICIOS.

VIVIR SIN PREJUICIOS.

El no ser capaz de cuestionar lo que sabemos, no animarnos a revisar lo que alguna vez nos dijeron o no permitirnos actualizar nuestra propia experiencia, nos dejaría en poco tiempo en la misma situación de quien nunca supo y nada entiende. Es imprescindible actualizar lo que sabemos, revisar, descartar, descubrir, completar y mejorar lo que siempre tuvimos por cierto.
Es necesario, crear nuevos diseños de viejos productos, nuevas soluciones a viejos problemas y nuevas formas de utilizar las viejas herramientas que hemos heredado.
Estas y otras razones son suficientes para justificar la necesidad de abrirnos a lo nuevo o a la conveniencia de explorar nuevas posibilidades.
Pensar de forma creativa, es una norma de vida, los conceptos de neurosis y salud mental; el mayor de los disparates, no es vivir haciendo cosas extrañas que la mayoría de la gente asocia con la locura, sino vivir haciendo lo mismo y tener la absurda pretensión de que el resultado sea diferente. ¿Qué nos conduce a tener esta expectativa? Seguramente, esta terquedad se deriva de la dificultad para abrirnos a nuevas posibilidades, de la rigidez que impide aceptar los cambios de nuestros prejuicios.
Todo sucede cómo si gran parte de la sociedad huyera del pensamiento creativo, asustada de las consecuencias de reflexionar o de enfrentarse a lo que creía hasta entonces. Hay pocos temas en los que el discurso explícito de las personas sea tan opuesto a su actitud como el de los prejuicios.
Parece evidente que si se hiciera una encuesta con las siguientes preguntas, obtendríamos muy pocas o ninguna respuesta afirmativa.
¿ Esta usted a favor de la rigidez de pensamiento?
¿ Le parece positivo o útil evaluar una situación o a una persona a partir de sus prejuicios insustanciales?
¿ Cree usted que generalizar es una manera de encontrar la verdad definitiva de las cosas?
¿ Opina que es beneficioso quedarse amarrado a hábitos mentales anacrónicos?
Sin embargo, en la intimidad de las respuestas que una persona sólo puede darse a sí misma, debería admitir que, en más de una ocasión, no me animo a abrir mi mente a algunas ideas nuevas. Que frecuentemente me sorprendo a mi mismo haciendo algún análisis teñido de prejuicios o basado en antiguos esquemas de referencia que ya no tienen ningún valor. Y ahora imagino que a ti te sucede más o menos lo mismo que a mi.
APRENDER DE NUESTROS ERRORES.
~ No todo resbalón significa una caída.
~ El hombre que ha cometido un error y no lo corrige, comete otro error mayor.
~ Si no te equivocas de vez en cuando, es que no te arriesgas.
~ Cada vez que cometo un error me parece descubrir una verdad que aún no conocía.
~ Un hombre no debe nunca avergonzarse por reconocer que se equivocó, lo cual es como decir que hoy es más sabio de lo que fue ayer.
~ Los errores del hombre son especialmente los que le hacen digno de amor.
~ Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada.

ENCONTRAR EL MEJOR ANTÌDOTO.

ENCONTRAR EL MEJOR ANTÌDOTO.

Todos experimentamos los mismos miedos en algún momento de nuestras vidas; así podemos superarlos:
~ ATREVERSE A SER FELICES.
Según Abrahán Maslow, todos tenemos miedos de vivenciar nuestras potencialidades más positivas, tenemos miedo de llegar a ser lo que podemos atisbar en los momentos de mayor perfección y coraje.
Seguramente, para muchas personas es así; ser feliz se convierte en algo inalcanzable por que les asusta conseguirlo. Pero ¿a que se debe este miedo? La respuesta está en creencias en las que basamos nuestra identidad más profunda.
Hay muchas personas que tienen un concepto de sí mismos muy negativo, creen que no merecen nada o que no pueden hacer cosas valiosas e, incluso, que no tendrían que existir. Estos conceptos negativos de uno mismo son más comunes de lo que pensamos. Cuando un niño no encuentra en sus padres una respuesta afectiva, es muy fácil que desarrolle la idea de que no tiene derecho a ser amado o que no tiene capacidad para conseguir nada. Alguien con estas ideas negativas no intentará ser feliz. Es como si partiera de la posición de perdedor.
Son estas creencias las que logran que el miedo nos paralice y que no nos arriesguemos a hacer cosas nuevas, a conseguir nuestros deseos. Y si no nos arriesgamos, no aprendemos, no generamos experiencias gratificantes, nos quedamos bloqueados y estancados, con la consiguiente frustración.
Para salir de este círculo vicioso es necesario pasar a la acción, hacer las cosas que uno desea despacio y a pesar del miedo, atreverse a realizar nuevos aprendizajes.
También hay personas capaces de llevar a cabo todo lo necesario para conseguir sus sueños, pero cuando están a punto de lograrlo lo abandonan. Exageran la responsabilidad del éxito; es como si estuvieran preparados para el esfuerzo pero no para el disfrute.
Creer que tenemos tanto la capacidad de experimentar el sufrimiento como el placer, y que las dos cosas son igual de buenas, nos puede ayudar a no tener miedo a ser felices.
Todo se humano tiene derecho a disfrutar la vida. Esta creencia es la base para poder llevar a cabo nuestros sueños. Tenemos que darnos pequeños placeres de vez en cuando, así aumentará nuestra satisfacción y al comprobar que no somos castigados por ello, iremos por deseos más grandes.
~ VALORAR EL CAMBIO.
Más vale malo conocido que bueno por conocer”. Diciéndome esto me han enseñado a refugiarme en la rutina, convencido de que lo actual, lo vigente, ofrece una seguridad que lo nuevo no podría garantizar. Se habla de rutinas y no de tradiciones.
Rutinario es quien sigue un itinerario preestablecido, como los caballitos de feria que dan vueltas ciegamente en una ruta inmodificable. El hombre rutinario vive así, transita por el camino pero se pierde la fiesta del paseo, refugiado en el itinerario que no cambia, respeta y sigue.
Pero la vida es un permanente fluir, es un entrar y salir. Entramos en nuevas relaciones, trabajos, amores, mundos desconocidos…, para salir y entrar en otras relaciones, trabajos, amores y mundos desconocidos.
Al entrar, abrimos puertas y ventanas que conducen a nuevas posibilidades. Algunas entradas son triunfantes y otras vergonzosas, algunas son forzosas y otras buscadas. Cuando salimos dejamos huellas que hablan de nuestro paso. Algunas son gloriosas y otras tristes. Pero todas construyen nuestra historia.
Vivimos cambiando y cambiamos viviendo. Cuando intentes un cambio, imagina que ventanas abres, reconoce tu libertad para elegir y recuerda que cada día es una nueva invitación a la fiesta. Ten en cuenta que corres el riesgo de perdértela si repites hoy ciegamente, el día de ayer.
~ DEL ERROR TAMBIEN SE APRENDE.
En esta sociedad altamente competitiva en la que el éxito lo es todo, no es de extrañar que exista tanto miedo al fracaso. Al individuo no se le enseña a aprender del error sino actuar con el fin de no equivocarse.
Para la antigua filosofía china son los errores los que nos acercan a la verdad. Si observamos los fundamentos de la ciencia comprobaremos que su funcionamiento es análogo. Cuando un niño pequeño empieza a caminar, fracasa continuamente a la hora de ponerse en pie, lo que le sirve de enseñanza para, al fin, lograrlo. Si impidiéramos que cayera o se diera el más mínimo golpe, nunca aprendería. De hecho esta comprobado, que los niños protegidos en exceso tardan mucho más tiempo en caminar porque se les genera más inseguridad y miedos.
La vida no puede ser “pensada”, sólo puede ser “vivida”. Difícilmente superaremos el miedo al fracaso si sopesamos pros y contras para protegernos de la incertidumbre antes de actuar. Por el contrario, si actuamos y luego extraemos conclusiones, iremos en la dirección adecuada y el miedo no nos bloqueará.
Si el miedo a equivocarte está demasiado presente, te sugiero:
~ Ante la duda de actuar; no actuar, debemos actuar siempre, así aprenderemos algo nuevo. De lo que hay que tener miedo es de quedarnos quietos.
~ Estropear para arreglar. Cuando nos encontremos ante un problema aparentemente irresoluble, podemos aplicar la antigua filosofía china que propone dejar de buscar soluciones durante un momento para pensar en como podríamos complicar aún más la situación. Este “pensar a la inversa”, paradójicamente libera la mente de forma que, en poco tiempo y espontáneamente, se nos ocurren nuevas vías de salida.
~ Un pequeño error al día. Cuando estamos muy tensos ante un proyecto, no nos permitimos el mínimo error, lo que nos provoca ansiedad. En estos casos, cometer voluntariamente un error nos liberará.
~ SERENIDAD FRENTE A LA MUERTE.
Hace algún tiempo trabaje en una unidad de cuidados paliativos, acompañando a personas que se enfrentaban a la muerte. Como premisa de trabajo, pensaba que el miedo a la muerte era algo natural, que todos lo teníamos.
Un buen día conocí a Pablo, un señor mayor que estaba ingresado en la unidad. No le quedaba mucho tiempo de vida y él lo sabía.
La primera vez que fui a verle, estaba sentado al lado de la ventana, frente a su mesita, con un montón de fotos delante; me presente y le animé a que me explicara cuales eran sus preocupaciones. Pablo me contestó que no tenía ninguna. Inmediatamente pensé: “tiene tanto miedo a morir que no es capaz de hablar de ello”. Así que charlamos un rato de las fotos que tenía.
La segunda vez que fui a verle, Pablo tenía un montón de papeles y cartas. Volví a interrogarle. Esta vez se irrito un poquito. Me dijo que se sentía muy tranquilo y que no necesitaba ayuda psicológica. Así que nos pusimos a charlar sobre sus papeles y cartas- Me explico muchas historias de su vida. Era un narrador insuperable; divertido y entrañable.
La tercera vez, en cuanto entre a la habitación, Pablo se levantó, se acercó a mi y, mirándome a los ojos, preguntó: “tienes miedo a la muerte”, conteste “si”. Pablo me sonrió y dijo “no te engañes. El miedo a la muerte es un sentimiento que no es tuyo. Te han enseñado a temerla. Porque la muerte, aunque te cueste creerlo, es una realidad tan natural como la vida. Como supiste nacer, sabrás morir”.
Vive la vida como un regalo, para que, el día de tu muerte, sepas que ha valido la pena vivirla. Y vete cada noche a dormir, sabiendo que no tienes nada pendiente con nadie. Y sobre todas las cosas, que tu motor sea siempre el amor. De esta manera desaparecerá tu temor.
Aquel día, Pablo me dio una lección increíble y real: así fue como vivió y así fue como murió.
~ SIN TEMOR AL RECHAZO.
El principio más profundo de la naturaleza humana es el anhelo de ser apreciado”.
Sentir que pertenecemos a una familia, a un grupo, nos define y nos aporta seguridad. El rechazo es todo lo contrario, nos provoca una herida emocional que nos hace sentir de nuevo pequeños, como niños reprendidos, y nos genera una terrible sensación de inseguridad.
Para evitar esa sensación aprendemos a adaptarnos a lo que se espera de nosotros, se trata de ganarnos un lugar en nuestro entorno, pero una herida temprana o crecer en un ambiente en donde no se nos valoró lo suficiente, puede crearnos un temor excesivo a no ser aceptados.
Entonces nos centramos en intentar que no se escapen emociones, pensamientos o actitudes inadecuadas, pero en ello ahogamos la propia espontaneidad y vivimos en tensión.
Para resolver este temor a ser uno mismo, es preciso atreverse a mostrarse más. Primero, recuperando esa conexión con las propias emociones y pensamientos. Segundo, dando el paso de expresar lo que uno siente, opina o piensa, aunque sea distinto a lo que sienten, opinan o piensan los demás.
Así, superando el miedo a diferenciarnos, llegaremos a desplegar lo que en realidad somos. Y a vivir las relaciones con mayor profundidad y naturalidad.
~ MIEDO AL COMPROMISO.
Cuando nos enamoramos de alguien, lo hacemos en gran medida, de la persona que se quiere o se necesita ver, es decir, inventamos a nuestra pareja y la construimos en función de nuestras necesidades. Es un periodo en el que todo fluye y surge espontáneamente, no se requiere de esfuerzo ni voluntad.
Con el tiempo, esta visión narcisista choca con la realidad y empezamos a percibir la diferencia entre lo que nuestra pareja es y lo que deseamos que sea. Es aquí justamente donde se demostrará la predisposición al compromiso.
Pero este compromiso requiere de una serie de habilidades personales y de una madurez que, en ocasiones desborda los recursos de que se disponen, favoreciendo que el miedo se apodere de la relación.
Aceptar un compromiso supone afrontar este miedo y pasar por el duelo y la pérdida de la imagen idealizada y narcisista que tenemos de nuestra pareja, un hecho que implica un grado de angustia importante, pues siempre flota en el ambiente la idea de que esa persona ideal nos estará esperando en alguna otra parte.
La única forma de acercarse a nuestro ideal interno, es a partir de la construcción y búsqueda conjunta con la pareja que elegimos para, desde una visión más realista, construir codo con codo el camino que asciende en dirección a ese ideal.
~ EL ENCUENTRO CON LA SOLEDAD.
El ser humano nace con la necesidad de vivir en grupo. Cuando crecemos, toda nuestra estructura psicológica apunta hacia una vida compartida: en familia, en pareja, los amigos, los compañeros de trabajo; esto es porque le falta la colaboración con otros individuos.
Por este motivo, cuando por alguna razón nos encontramos solos no nos sentimos del todo a gusto; nos falta la compañía de otros seres humanos. En algunas personas este deseo natural de compañía toma la forma de un auténtico miedo a la soledad, especialmente cuando el hecho de encontrarse solo se traduce en un “estar sin pareja”.
Pero los momentos de soledad, también forman parte del ser humano, igual que los tiempos compartidos. El ser humano no solo es un ser gregario, también es un individuo. Por tanto,, la soledad no es un estado carencial, es una oportunidad.
Cuando estamos solos podemos desvincularnos de las obligaciones y constricciones que nos impone estar con otros -- tenemos que compartir, dialogar con otros, negociar, competir, ceder…--, para encontrarnos con nosotros mismos. Podemos hacer cosas pensando sólo en nosotros mismos y mimarnos con aquello que nos gusta.
La soledad puede ayudarnos a descubrir nuevas facetas de nosotros mismos y vernos de otra manera, es decir, cultivar nuestra individualidad; y es esta precisamente, nuestra forma de ser diferentes de los demás, lo que nos hace atractivos para los otros.
Debemos aceptar que la soledad es el polo opuesto pero necesario, de la compañía, y el tiempo solitario empleado de manera positiva nos capacitará para la vida con los demás.
Sólo si sabemos disfrutar de nuestra soledad, sabremos disfrutar también de la compañía.

sábado, 3 de marzo de 2012

8 CLAVES PARA ENFRENTARSE A SUS MIEDOS.

8 CLAVES PARA ENFRENTARSE A SUS MIEDOS.


        La mayor aliada del miedo es nuestra propia mente. Pero a la vez, es la mejor herramienta para desarticularlo:
1.- Distingue los miedos.
     El primer paso es no confundir los miedos amigos con los miedos enemigos. Los miedos amigos te advierten del peligro para que te pongas a salvo, para que te libres de la amenaza y no para que caigas en sus manos; te preparan para una situación determinada. Los miedos enemigos te disuaden de que luches y, además, te debilitan y desaniman.
2.- Tú no eres tu miedo.
     Debes tener en cuenta que el miedo tiene sus artimañas. Una de las más insidiosas, cuyo fin es debilitar nuestra fuerza, es que nos identifiquemos con él y nos sintamos avergonzados. Cuando asumimos nuestros miedos como un rasgo negativo de nuestra personalidad nos condenamos al silencio, al secretismo y, como consecuencia de esto, no buscamos ayuda. Tienes que pedir el mismo respeto por tus miedos que por tus dolencias físicas.
3.- No colabores con él.
    Además de esconderlos, también tendemos s alimentar nuestros miedos. Todos podemos colaborar sin darnos cuenta: el miedo es invasor y como tal tiende a hundir o anular a quien lo padece. Puede apoderarse de la conciencia entera del sujeto y alterar sus relaciones.
    Conviene por ello que lo aísles de tu dinamismo mental. No intentes justificarlo. No puedes decir: “hoy no voy a esa reunión porque va a ser muy aburrida”, cuando deberías reconocer: “no voy porque me da miedo la gente”. No puedes decir: “No vale la pena reclamar una cosa tan boba”, cuando en el fondo lo que estás pensando es que no sabes cómo hacerlo o no te atreves.
4.- Adopta una posición activa.
     Una vez que son conscientes, debes declarar la guerra a los miedos enemigos que han invadido tu intimidad. Hay que movilizarse, es decir, afrontarlos activamente. Tienes varias opciones para hacerlo.
5.- Fortalece tu cuerpo.
     La solución para luchar contra el miedo es disminuir el peligro o aumentar los recursos naturales. En primer lugar tienes que preparar tu organismo para la batalla. Esta demostrado que el ejercicio físico es un antídoto contra las sensaciones que provienen de él. Entre otras virtudes, aumenta la tolerancia al esfuerzo. No olvides que las personas con tendencia a la angustia suelen eludir el ejercicio físico.
6.- Sé tu propio entrenador.
     Los entrenadores saben muy bien que el atleta debe animarse a sí mismo antes de realizar un ejercicio o hacer un esfuerzo. Y los terapeutas más conspicuos insisten en preguntar a sus pacientes, qué piensan de la terapia que reciben. Saben que una actitud displicente o unos comentarios acres o devaluadotes van a limitar la eficacia del tratamiento.
7.- Debilita al enemigo.
     Critica las creencias en que se basa el miedo. Desenmascara sus jugadas de farol. Búrlate de él. Desarrolla el sentido del humor para desactivarlo. Aprovecha todo lo que sabes para hacerle daño. Tienes que convencerte de que no es tan importante. Exponte gradualmente al miedo.
8.- Busca buenos aliados.
     Es difícil combatir el miedo solo; y si esto es patológico, imposible. Busca consejo, y ayuda de personas competentes. Busca también a quien pueda darte ánimo cuando estés desalentado. Las redes de apoyo afectivo son la mejor solución a muchos de nuestros problemas, incluido el miedo.

CONVERTIR EL MIEDO EN CORAJE.

CONVERTIR EL MIEDO EN CORAJE.


      Existe un miedo con mayúsculas, esa sensación de peligro que empuja a ponerse a salvo. Pero existe también el miedo infundado y pequeños miedos cotidianos que parecen poco importantes y, sin embargo, resultan paralizadores: miedo a decir “NO”, a defraudar a la gente, a opinar…
      De todas las emociones que amargan el corazón humano -y son muchas-, la gran familia que forman la angustia, la timidez, la inquietud, el temor, la vulnerabilidad, etc.
Es la que más preocupa. Hobbes, filósofo inglés escribió una frase terrible, que podríamos asumir todos: “El día que yo nací, mi madre parió dos gemelos; yo y mi miedo”.
    Conocer el mecanismo de los miedos puede ayudarnos a resolverlos o, al menos, a tenerlos bajo control. La pregunta sería ¿Qué puedo hacer con mis miedos?
~ MIEDOS APRENDIDOS.- Hay unas personas más miedosas que otras. Hay individuos que viven en un estado de ansiedad continuo. Hay personas tímidas y personas atrevidas ¿De dónde proceden de esas diferencias? ¿Son innatas o adquiridas? ¿Hay una predisposición para el miedo?
      Se ha descubierto que hay temperamentos vulnerables a la ansiedad, niños que nacen con una “afectividad negativa”. Parecen dotados de antenas para captar los estímulos peligrosos o perturbadores del entorno. Ahora se saben que estos se pueden combatir.
     La mayor parte de los miedos se aprenden y también se pueden desaprender, por eso conviene conocer sus modos, variaciones y múltiples rostros. Hay miedos normales y patológicos, y se diferencian por su intensidad.
    La timidez excesiva se convierte en fobia social, que es un trastorno severo. La preocupación por la salud, puede derivar en hipocondría. La higiene compulsiva de lavarse las manos es fruto de un miedo irracional.
    Conviene no olvidar que esos miedos exagerados, se dan en personas que en todo lo demás pueden ser muy inteligentes y sensatas. ¿Por qué entonces llegan a esos extremos?
Todas las emociones son útiles. El miedo es la emoción provocado por la presencia de un peligro y nos sirve para ponernos a salvo. Se convierte en un problema cuando lo sentimos aunque no haya peligro real o cuando dura demasiado tiempo o es muy intenso.
    A veces nos atenaza un miedo sin que haya una amenaza real. Es una ansiedad que no sabemos explicar, que nos “encoge el estómago”, esta es la angustia. Quien la sufre se siente asustado continuamente, como si esperara un mal que no sabe precisar. Junto con la depresión - con la que está estrechamente relacionada-, es el malestar que más gente lleva a las consultas médicas y psicológicas.
    Ambas son experiencias demoledoras.
~ TEMORES COTIDIANOS.- Estos pueden amargarnos la vida: ejemplos.
    Hay un miedo especial a tener que adoptar una postura firme ante otras personas para mantener las propias ideas, expresar las necesidades o sentimientos, reclamar lo derechos; es la timidez de la víctima que puede manifestarse de muchas maneras. Es incapaz de negarle algo a alguien, reclamar una deuda, expresar el desacuerdo, protestar ante un comerciante. Un caso muy frecuente es el miedo a decir “NO”. Las personas que lo sienten son presa fácil de vendedores, a los que no se atreven a desairar, por eso prefieren comprar en supermercados o grandes almacenes, donde pueden mirar sin ser acosados por el empleados.
    A veces el miedo a afirmar los propios derechos se reducen a unos temas específicos, por ejemplo el dinero.
~ CUANDO CUESTA AFIRMARSE.- En este grupo de miedos a tomar una postura firme podemos incluir otro temor: la dificultad de decir adiós, de terminar una relación, personas que no saben despedirse. Es cierto que mucha gente prolonga excesivamente las despedidas; les acomete, per se, un temor a ser brusco, a ser descortés, a no encontrar la palabra justa. Además, no comprenden bien que la educada y tibia protesta de los anfitriones -no os vayáis tan pronto-  no es una invitación a quedarse, sino una fórmula ritual.
    Algo parecido les sucede a muchas personas en sus relaciones afectivas. Hay muchas parejas que su relación se estira como una goma elástica sin que ninguno se atreva a cortar. Decidir es siempre “cortar” y hay un cierto miedo a hacerlo, que no es claramente explicable. Si investigamos a fondo, se comprueba que puede haber varias razones: por no hacer daño, por no alterar su imagen, por temer la reacción de la otra persona, por no saber que decir después de decir adiós, etc.
    En muchas ocasiones no se trata de una preocupación ante el hecho en sí de la separación -porque el protagonista querría que ya hubiera pasado y sentirse libre- sino al primer enfrentamiento. Por eso puede resultar más fácil hacerlo por carta, lo que da lugar a situaciones que serían cómicas si no fueran trágicas.
    En el fondo de estas situaciones suele estar el miedo a defraudar a la otra persona. Esta es la razón más poderosa. Y este miedo a dañar la imagen que tengo de mi se basa en la idea de que mi integridad, mi identidad y mi dignidad dependen de la evaluación de los otros, implica que mi juicio sobre mi mismo dependen del juicio ajeno, y no sólo del juicio de alguien significativo, sino de cualquier persona.
~ EL VALOR DE UNO MISMO.- En estos casos hay un desajuste de algo necesario: el aprecio de los demás. Esta dependencia es tan exagerada que produce una anulación del valor intrínseco, sacrificado a la evaluación exterior.
    Hay personas que pueden decir que nunca han sentido envidia o celos o agresividad, pero no hay nadie que pueda decir que no ha sentido miedo.
    La especie humana es la más miedosa de la naturaleza, porque a los miedos reales añade los miedos imaginarios, lo que produce muchas desdichas que podrían evitarse. Desactivar estos miedos creados es primordial si queremos vivir una vida feliz y digna.

CUMPLIR TUS DESEOS.

CUMPLIR TUS DESEOS.


      A veces no nos damos cuenta de que estamos postergando lo que más queremos en la vida hasta que la realidad nos lo recuerda de forma inesperada. En nuestro interior se encuentra la varita mágica que nos permite cumplir esos deseos.
CONTACTAR CON TU MAGO INTERIOR.
~ CONFIA EN TUS RECURSOS.
  Confía en tu fuerza interna que te anime a actuar, es el primer paso para cumplir tus deseos.
~ REBOBINA LA PELÍCULA.
   Establece que deseos conscientes o inconscientes no has podido formular. Determina si estos deseos fueron desechados por improbables o imposibles de realizar.
~ DECLARA TUS DESEOS.
   Enuncia en voz alta que esos deseos existen y pídele a tu “mago Merlín” que te los conceda.
~ PRECISALOS.
   Fíjate en cómo formulas tus demandas porque tu “mago Merlín” es muy literal y se ciñe a lo que expresas, por ejemplo, si tu demanda es: “Quiero cambiar completamente mi vida”, puede cambiar todo de lugar provocando un caos espectacular.
~ PON ATENCIÓN A LOS MENSAJES.
   El “mago Merlín” suele responder a través de señales que sólo las personas dispuestas a emprender el camino del autoconocimiento saben reconocer. Si estas atento las reconocerás. 

SUPERAR LOS CELOS.

SUPERAR LOS CELOS.


    Los celos suelen ser unos problemas muy profundos causados por: la falta de autoestima. Recuperarla es la clave para confiar.
AMAR CON CONFIANZA.
~ VELAR POR LA AUTOESTIMA.
   Existe una clara relación entre la desconfianza hacia los demás y la falta de seguridad de uno mismo. Cuanto más profunda sea tu inseguridad, mayor será también la intensidad de tus celos.
~ SABER ESCUCHARNOS.
   Hasta la persona más madura y serena puede pasar por un periodo o situación de celos. Si esto ocurre, debes buscar en qué aspectos te sientes inseguro y trabajarlos.
~ BUSCAR SOLUCIÓNES.
   Los celos que son verdaderamente conflictivos se mantienen en el tiempo y ocasionan verdadero sufrimiento a quien los padece, además de poner en riesgo la relación de pareja. La herida en la autoestima es muy profunda y, en la mayoría de los casos, es anterior al vínculo de pareja. Lo mejor es buscar ayuda terapéutica.
~ PRESUPONER LA INOCENCIA.
   En el marco legal, es necesario demostrar la culpa ya que la inocencia se presupone, no puede ser demostrada. Entonces ¿porqué reclamarle esta demostración a nuestra pareja?
~ EVITAR EL AUTOENGAÑO.
   Algunas personas se niegan a ver que su pareja les está siendo infiel y se autocalifican de celosas. Es mejor afrontar la realidad, porque esconderla sólo generará una frustración creciente que acaba por debilitar todavía más.

domingo, 26 de febrero de 2012

COMO ESCUCHAR EL CORAZÒN.

COMO ESCUCHAR EL CORAZÒN.

PRACTICA LA MEDITACIÓN.
Esta hace que estemos más atentos a cómo nos sentimos. Los sentimientos reciben el apoyo de la conciencia, cuyos valores no pueden sobreestimarse, pues la propia conciencia es sanadora. A menudo, nuestra reacción exagerada a las emociones nos causa más sufrimiento. La meditación es útil para este proceso.
PASEAR POR LA NATURALEZA
La naturaleza es nuestro hogar original. Si vivimos en una ciudad, puede que no recordemos nuestro origen y sus maravillas. Es por ello que los sonidos y las vistas de la naturaleza son apaciguadores. Si sólo vemos cementos y líneas duras, podemos volvernos también más duros y fríos. Si oímos regularmente el tráfico, los taladros y conversaciones fuertes, podemos perder la tranquilidad.
El tiempo que pasamos en la naturaleza nos carga las pilas y sus beneficios perduran una vez la abandonamos.
HACER EJERCICIO.
Con la práctica del ejercicio de manera regular durante al menos una hora al día y de forma no competitiva -caminar, andar en bici, bailar o nadar-, aprovechamos su valor fisiológico: la liberación de endorfinas. Es un modo útil e inmediato de ser buenos con nosotros mismos, al mismo tiempo que cuidamos nuestra salud física y psicológica general.
HABLAR CON UN BUEN AMIGO.
Cuando pedimos a un buen amigo un poco de su tiempo y un oído comprensivo, realizamos un acto de compasión hacia nosotros mismos.
No obstante, en este caso es importante elegir bien, porque cualquier persona no se ajusta a la descripción de buen amigo. Debe ser alguien que sepa escuchar, sin que nos juzgue ni nos compadezca, ni nos añada negatividad o nos colme de consejos. Ante todo, ha de ser una persona consciente y de buen corazón. DISFRUTAR DE ALGO HERMOSO.
Dediquemos tiempo a actividades que satisfagan nuestros sentidos: escuchar música, ir al cine o lo que nos plazca. La belleza del arte nos empuja a cuidar el corazón. FOMENTAR LA CREATIVIDAD.
Los trabajos manuales pueden ayudarnos a estimular nuestra imaginación. Son muchas las actividades creativas que podemos hacer. Para algunos, el producto terminado no es más que una pequeña parte de la satisfacción de haber sido capaces de crear algo. De hecho, es precisamente el propio proceso y la concentración lo que realmente nos calma y nos sosiega.
Naturalmente, debemos elegir una actividad en la que seamos diestros, y que no nos cree frustración. No es difícil; casi todos servimos para una actividad creativa. EXPRESARSE CON LA ESCRITURA.
Se ha demostrado que la escritura es una herramienta psicológica muy útil para expresar los sentimientos, elaborar las ideas y ordenar los pensamientos.
Una de las acepciones del verbo “expresar” es “revelar”; y es justo en este sentido en el que escribir es útil. El propio acto de la escritura destapa la conciencia, deja que los sentimientos emerjan burbujeando a la superficie y nos da la oportunidad de observarlos. A veces puede sorprendernos lo que descubrimos. Para algunas personas también es un acto creativo, en cuyo caso es doblemente curativo, porque la creatividad expresa lo que somos. PASAR TIEMPO CON NOSOTROS MISMOS.
En soledad podemos escuchar mejor a nuestro corazón. Este tiempo a solas puede ser restaurador y extremadamente apaciguador, hagamos lo que hagamos, ya que durante un rato, dejamos a un lado el “ruido” de las relaciones y las necesidades de otras personas. Este tiempo debe tener el sentido de estar en compañía de nosotros mismos; sin temer a la soledad. 

APRENDER A QUERERSE 2

APRENDER A QUERERSE 2


Para cuidar bien de uno mismo es imprescindible escuchar al corazón en silencio, saber que siente y necesita. Nutrirlo con actitudes positivas, tratarlo con respeto, ser tolerantes con él cuando sufre, nos hará sentir mejor con nosotros y con los demás.
El corazón es un órgano espiritual, porque es el que cuida el desarrollo de nuestra sabiduría y nuestra bondad; reacciona a la tonificación y al fortalecimiento, y también es susceptible al daño. Y, al igual que el carácter, puede evolucionar. ¿Cómo podemos fortalecer nuestra relación con el corazón espiritual? Empecemos por cuidarlo cuando este sufriendo.
Todos recordamos momentos en nuestra vida en los que nos hemos sentido débiles de corazón; tal vez fue consecuencia de una decepción emocional, de un disgusto amoroso, de una pérdida, del miedo al rechazo o al fracaso. Todos hemos experimentado esta sensación -en el corazón- como una palpitación desagradable o una impresión de pesantez o de aprensión. En ocasiones esta sensación de estar débil o herido procede del exterior, de los demás, de un momento de apuro o de la tensión. Pero a menudo no reconocemos las heridas que nos infringimos a nosotros mismos, el daño que nos causamos, hasta que es demasiado tarde.
Podemos pasar años o décadas antes de darnos cuenta de que no nos hemos cuidado de una forma vital. La queja crónica, la depresión, la irritabilidad, la agresividad pasiva, la sensación de no ser reconocido - aunque seamos nosotros los primeros que no nos reconocemos-, son algunos síntomas de que no cuidamos nuestro corazón. Estos síntomas pueden acabar convirtiéndose en rasgos de nuestro carácter, pueden acabar definiendo nuestra manera de ser. La mejor medicina para nuestro corazón espiritual es la prevención. Tanto si nos defendemos del mal que nos causan otros como del que nos inflingimos nosotros mismos.
~ RESPETO HACIA UNO MISMO.
¿Qué podría impedirnos cuidar de nuestro corazón? Puede que temamos ser egoístas o que sintamos que no merecemos tanta atención o puede que nuestro centro de gravedad se situé siempre en el mundo exterior. Debemos mantenernos en guardia contra estos autosabotajes.
Si reflexionamos sobre el cuidado del corazón, podemos reconocer una tendencia a ser intransigentes con nosotros mismos cuando las cosas van mal. Y esta tendencia sólo puede causar más intransigencia y negatividad en nuestras relaciones con los demás y con el mundo, lo que perpetúa el problema. Por lo tanto, es esencial ser bueno con uno mismo, ser permisivo, especialmente cuando las cosas van mal y somos infelices.
Sin embargo, también debemos evitar las imitaciones, pues, como muchos hábitos valiosos, el cuidado del corazón puede tener caricaturas, como es el narcisismo, el egoísmo y la sobreprotección del “yo”.
El cuidado del corazón comienza por fomentar el respeto y la bondad hacia uno mismo. Este respeto es, en muchos sentidos, lo opuesto al egoísmo, porque se basa en la premisa siguiente: “No puedo ser útil y bueno con los demás si yo soy débil y descuidado conmigo mismo. Sólo si mi corazón es fuerte, puedo abrirlo a los demás con la seguridad de que estoy protegido, al mismo tiempo que soy vulnerable en el mayor sentido de la palabra. Es decir, soy vulnerable porque soy capaz de soportar el sufrimiento -ya sea el mío o el de los demás- sin desmoronarme, seguro de sobrevivir emocionalmente, de permanecer positivo ante la vida.
~ EL VALOR DEL SILENCIO.
Una de las primeras condiciones para cuidar el corazón es el silencio. Sólo en silencio podemos escuchar sus necesidades. Puede que nuestro corazón esté sufriendo sin que lo sepamos y que nosotros no atendamos su dolor porque estemos demasiado ocupados en otras cosas o porque aceptemos como inevitable un cierto nivel de angustia.
Cuando tenemos un momento de silencio, el malestar brota a la superficie o, incluso, puede que lo sintamos por primera vez. A partir de entonces, lo más importante es la conciencia, la atención. Si estamos más atentos a la voz de nuestro corazón, aprendemos a decir “No”, a protegernos de ser invadidos o de que se aprovechen de nosotros y asumir las consecuencias de nuestras decisiones.
Cuando escuchamos desde el corazón, estamos preparados para actuar con autenticidad y al escucha a otros es probable que actuemos con empatía. En los momentos de silencio podemos empezar a deshacernos de un sinfín de opiniones, prejuicios e incluso actitudes engorrosas y que pueden estar tan arraigadas como “No soy la clase de persona que toma la iniciativa”, “Mi familia nunca cambiará” o -cuando alguien dice o hace algo que no nos gusta- “ya está otra vez con lo mismo”.
También podemos formar la mente para que esté en silencio en situaciones apuradas o ruidosas, obteniendo una doble recompensa. Por un lado, menos tensión a corto plazo, ya que la química del cerebro nos corresponderá con un estado de relativa paz. Y a largo plazo, recibiremos mucho más: la sabiduría y la inteligencia emocional sólo se adquieren cuando estamos despejados y abiertos.
En silencio llegamos a oír lo que tiene que decir el corazón; la mente silenciosa nos beneficia en múltiples aspectos, nos aporta paz y nos libera frente a la tensión, nos da claridad de pensamiento, reduciendo la confusión; y también nos permite escuchar al corazón y comprender lo que siente realmente.
~ LAS RAZONES DEL CORAZÓN.
Blaise Pascal, dijo: “El corazón tiene razones que la razón no conoce”. Cuando no oímos estas razones, nos sentimos desconectados, incómodos; si las oímos estamos en contacto con nosotros, nos sentimos seguros y distinguimos lo bueno de lo malo, afrontamos las dificultades con valentía y nuestras relaciones con los demás son más fuertes y ricas.
El cuidado del corazón puede ser eficaz solo si se convierte en un hábito positivo. Es una forma de honrar la vida, no solo de sobrellevarla. No debería de ser un acto puntual sino una constante, un recordatorio de que estamos en el camino de la realización.

sábado, 25 de febrero de 2012

CLAVES PARA ORGANIZARTE

CLAVES PARA ORGANIZARTE


1.- Intenta levantarte sin contratiempos y sin agobio, hazle caso al despertador y no postergues el levantarte volviendo acostarte otros 10 minutitos.
2.- Se realista; no intentes hacer mil cosas.
3.- Aprende a decir “NO” cuando sea necesario. Quítate el miedo, la vergüenza y la pena, estos solo te estorban y te meten en muchos problemas.
4.- Concéntrate en lo que haces; no desvíes tu atención.
COMO AUMENTAR TU ENERGIA.
~ Alimentación sana
~ Ejercicio.
~ Tiempo para ti mismo.

CLAVES DEL BIENESTAR.

CLAVES DEL BIENESTAR.


La armonía entre el cuerpo, la mente y el espíritu es la clave de la salud. Estos consejos constituyen un buen camino hacia el bienestar.
~ Escucha a tu cuerpo, este se expresa emitiendo señales indicativas de que está cómodo o incómodo. Al elegir como te comportas o actúas, pregúntale: ¿cómo te hace sentir esto? Si tu cuerpo responde con una señal de tensión emocional o física, vigila. Si tu cuerpo te envía una señal de comodidad y entusiasmo, prosigue.
~ Vive el presente, es el único momento que tienes. Mantén tu atención en el aquí y ahora. Busca la plenitud en cada instante. Acepta todo lo que llegue a ti de modo que puedas apreciarlo, aprende y déjalo ir.
~ Medita regularmente, aquietar tu diálogo interior, te permitirá contactar con tu propia conciencia. Así podrás guiarte por tu intuición más que por las interpretaciones impuestas externamente para conocer lo que es o no es bueno para ti.
~ Renuncia a tu necesidad de aprobación externa. Sólo tú puedes juzgar tu valía. Tu objetivo es descubrir tu infinito valor, al margen de lo que piensen los demás.
~ Cuando te enfades o te opongas a algo, date cuenta de que solo luchas contra ti mismo.
Las resistencias son defensas ante viejas heridas. Si renuncias a la ira, te estarás curando a ti y cooperando con el universo.
~ El mundo exterior refleja tu mundo interior. Lo que odias de los demás es lo que niegas de ti mismo. Lo que te gusta es lo que desearías para ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución y conocerte a fondo.
~ Libérate del peso del juicio. Juzgar introduce el bien y el mal en situaciones que simplemente son. Todo puede ser comprendido y perdonado, pero al juzgar no puedes comprender ni aprender a amar. Juzgar a los demás es aceptarte poco a ti mismo.
~ No contamines tu cuerpo con toxinas, ya sean alimentarías o emocionales. La salud de cada célula contribuye directamente a tu estado de bienestar general.
~ El miedo es producto de la memoria, que vive en el pasado para intentar que no se repitan ciertas heridas; pero eso no elimina el miedo a ser herido. Eso solo sucede si encuentras la seguridad en tu ser que es amor. Esa verdad interior puede hacer frente a cualquier amenaza.
~ Una inteligencia profunda organiza el universo, y una porción de esta reside en ti. Tus actos y pensamientos inciden en todo el campo de inteligencia. Vivir en equilibrio es bueno para ti y para todo el mundo.

APRENDER A QUERERSE.

APRENDER A QUERERSE.


En un polo de mi existencia formo una sola cosa con las piedras y los árboles. Allí tengo que reconocer el dominio de la ley universal. Allí es donde nacen los cimientos de mi existencia. Su fuerza está en que se halla firmemente sujeta en el abrazo del mundo comprensivo, y en la plenitud de la comunión con todas las cosas.
Pero por el otro polo de mi ser estoy separado de todo. Allí yo soy absolutamente único, yo soy yo, yo soy incomparable. Todo el peso del universo no puede aplastar esta individualidad mía. Yo la mantengo a pesar de la tremenda gravedad de las cosas. Es pequeña en apariencia pero grande en realidad; se mantiene firme ante las fuerzas que quisieran robarle aquello que la caracteriza y hacerla una con el polvo. TAGORE
Esta lectura será en términos asequibles para determinar la importancia de aprender a quererse y cuidarse psicológicamente a uno mismo. La visión que se tiene de uno mismo es un factor determinante para generar vulnerabilidad como fobias, depresión, estrés, ansiedad, inseguridad interpersonal y trastornos psicosomáticos. Debemos estar alertas sobre las posibles consecuencias del descuido psicológico personal y la forma de prevenirlo. Nuestra cultura nos ha orientado el aprendizaje social, a fortalecer el amor dirigido a otros y ha olvidado que el prerrequisito para dar es la autoaceptación. Es imposible entregar amor si no te quieres a ti mismo.
Desde pequeños se nos coloca un freno en las primeras etapas de nuestra vida, y jamás se nos quita. Esta sujeción esta formada por supuestas virtudes (el ahorro, la ambición, la modestia, el autocastigo, la autocrítica, el autocontrol, etc.) que son definitivamente contraproducentes si se utilizan exageradamente. Aunque es cierto que algunas personas con propensión a excederse las necesitan para no caer en la autodestrucción (drogas, alcohol, tabaco, etc.), hay gente que podría soltar un poco el freno sin ningún tipo de riesgos para vivir mejor y evitar caer en otro tipo de problemas psicológicos; por prevenir un mal, ocasionamos otro. Si el cinturón está flojo, no amarra lo suficiente; pero si amarra demasiado, asfixia.
Esta lectura esta hecha para aquellas personas que no se aman lo suficiente a sí mismas, que viven encapsuladas, emocionalmente constipadas, amarradas a las normas y obligaciones de manera rígida, extremistas y desconsideradas con ellas mismas. También para las que sabían amarse a sí mismas y olvidaron hacerlo por los rigores de la vida.
Amarse a sí mismo de manera realista y sana, es uno de los principales requisitos de la salud, y el mejor camino para expresar y comunicar afecto a las personas que queremos.
Quererse a si mismo es quizá el hecho más importante que garantiza nuestra supervivencia en éste mundo complejo. Nuestra cultura y educación se orientan a sancionar el quererse demasiado. Hay momentos para el amor y decretos sobre lo que es de buen y mal gusto. Si decides felicitarte dándote un beso, posiblemente las personas que te rodean evaluarán tu conducta como ridícula, narcisista o pedante. Es mal visto que nos demos demasiado gusto.
Cuando pensamos en nosotros mismos por demasiado tiempo, nos contemplamos o nos elogiamos, se nos reprende: “Todos los excesos son malos”, se nos dice. Algunos excesos nos recuerdan que estamos vivos. Se nos intenta inculcar principios como el respeto al ser humano, el sacrificio, el altruismo, la expresión de amor, el buen trato, la comunicación, etc., pero estos principios están dirigidos al cuidado de otros humanos. El autorespeto, el amor, la confianza y la comunicación no suelen tenerse en cuenta; se considera de mal gusto el quererse demasiado.

jueves, 23 de febrero de 2012

SIETE FORMAS DE MALTRATO. (Tema largo pero muy interesante)

SIETE FORMAS DE MALTRATO.


Victimista, tiránica, manipuladora… son personalidades que se adoptan para conseguir el control en las relaciones desiguales. Desenmascararlas es el primer paso para apartarse de ellas.

- Relaciones tiránicas.

Cuando las relaciones están fundadas en la igualdad y la libertad es posible encontrar soluciones si nos sentimos maltratados. Decimos “no” y elegimos otro camino, lo que significa cuidar de nosotros, de los demás y de la vida.

Por mucho prestigio que haya tenido el sufrimiento, el sacrificio o la resignación; a la vida no le hacen bien las relaciones que desvitalizan y hacen sufrir. El problema viene cuando las personas no son libres o no se definen como iguales, aún siendo diferentes. Aquí brota la semilla inevitable del dolor.

Si nos centramos en el maltrato que adopta la postura de tirano, depredador y desconsiderado, descubrimos que en su alarde de superioridad y autoritarismo -con el que busca asustar o humillar-, se esconde su incapacidad para lograr el respeto que desea y que teme no conseguir de forma natural. Necesita imponerse porque no confía en sí mismo y no puede respetarse.

Probablemente dentro de un tirano se esconde alguien que vive humillado y envilecido, y decidido a tomar la posición del más fuerte para humillar y envilecer a los demás.

El modelo de relación tirano - vasallo está teñida de miedo. Quizá todas las relaciones destructivas vienen del miedo y de la falsa idea de que “Yo soy mejor que tú”. La posición del tirano se aprendió en los primeros vínculos familiares. A veces permanece latente y despierta en los contextos que lo consienten, como las clásicas situaciones profesionales de mando; o el tirano huele la carnaza de los que toman la Posición de débiles y víctimas. Y es que las relaciones tienden a hacer sinapsis con sus opuestos: el fuerte busca al débil, el astuto al ingenuo, el sacrificado al gozador, el sádico al masoquista…

Sea como sea, resulta de gran ayuda respetar y mirar la dignidad del que ejerce de tirano - su persona no sus actos - y ver el miedo y la villanía que esconde. Al mismo tiempo, debemos sentir siempre nuestra propia dignidad y respeto para dejar claro que no toleraremos salidas de tono o desconsideraciones. Es casi una prueba de inmunidad, tener interiorizado que todos somos dignos, “ni mejores ni peores” y no olvidarlo nunca.

Cuando tratamos personas enfermas de poder, debemos apartarnos de su camino. Si se trata de contextos inevitables, nos mantendremos en nuestra posición interior de valor.

- Complejo de superioridad.

El poeta alemán Goethe señalo que ciertos libros parecen escritos no para aprender sino para que se reconozca lo que sabe su autor. Al igual que estos libros, muchas personas se relacionan y transmiten sus conocimientos no por enseñar a los demás y ayudarles, sino por pura soberbia y vanidad.

En efecto, pueden poseer un gran conocimiento y una seguridad envidiables, pero no se trata de lo que saben sino del menos precio que sienten ante lo que sabe el prójimo. El problema de estas personas tiene que ver con la representación que hacen de su excelencia, no con su excelencia en sí misma; son sujetos soberbios.

La sabiduría tiene un componente racional, una actitud de apoyo y respeto. El hombre “sabio” trata de ser útil a los demás, el “sabiondo” trata de hacerse necesario procurando que los otros sientan inferiores ante él, ante sus conocimientos. Esta actitud despectiva de maltrato psicológico es su forma de sentirse importante. Pero “dime de que presumes y te diré de que careces”; detrás del “sabiondo” se esconde un ser vulnerable e inseguro, y su comportamiento encierra una gran paradoja: su prepotencia es, en el fondo, impotencia.

Así que, no debe paralizarnos su brillantez pues, como el poeta Baltazar Gracián decía: “aunque muchos son sabios en latín, suelen ser grandes necios en romance”.

VICTIMISMO, OTRA FORMA DE ABUSO.

Dentro del tipo de maltratadores, se incluye a la persona que desempeña el papel contrario. Aquella que siempre es víctima de los demás y se siente víctima del mundo. Aquella que -porque en la vida no le ha ido bien o porque considera que no ha sido bien tratada- exige que los demás le den todo lo que pide, con el agravante de que si eso no ocurre, se considera con el derecho de exigir o de condenar a los otros.

Su discurso suele ser inconfundible: “Con lo que yo te quiero y mira cómo me lo pagas … Con lo que sufro y no eres capaz de darme lo poco que te pido. Con lo que he hecho por ti y ahora que te necesito.”.

El problema es que espera que lo que no le fue dado -seguramente fue abandonada o no reconocida- se lo darán quienes tiene a su alrededor. Digo “se lo darán”, no “lo tomará”, ya que espera que los demás le adivinen sus necesidades sin tener que hacer nada para conseguirlo. Sólo sentirse merecedora de toda atención, lo que se traduce en que los otros deben hacer lo que ella quiera, pero sin pedirlo. Si esto no ocurre, deja oír su discurso victimista y acusador hacia el otro.

Para detectar a la persona victimista hay que estar atento a su discurso. Si sólo son malos los demás y ella siempre es inocente, piensa que la realidad nunca es así y que no quiere responsabilizarse de su parte. Si tratas de darle soluciones y no le vale ninguna, sospecha: seguramente, prefiere quejarse antes que hallar una solución. Si te sientes con el deber a atenderla y eres su único recurso, no lo creas, siempre hay alternativas.

Cuando todo depende de lo que hagas sin que ella tenga que hacer nada, piensa que trata de que le soluciones la vida sin que ella tenga que hacer nada por llenarse. Cuando sientas que su discurso victimista no te conmueve sino que te irrita, seguramente es fingido. Una buena estrategia es no apresurarse a actuar frente a sus demandas y saber que cualquier persona es capaz de encontrar una solución por sí misma.

LA AUSENCIA QUE HIERE.

Todo lo que hacemos o dejamos de hacer aumenta o disminuye el nivel de sufrimiento de quienes nos rodean.

Ausente de sí mismo, de sus relaciones, de la vida… es incapaz de comprometerse consigo mismo ni con los demás. Desconectado de la realidad, vive pendiente de sus necesidades y prescinde de quienes le rodean. Por miedo, por ignorancia, por comodidad de los propios recursos o por egoísmo… se encierra en un mundo pequeño y endogámico donde “el otro” es visto como una molestia o como un medio.

Padres que dimiten de la educación de sus hijos; adultos que entablan relaciones superficiales en las que sólo importa el beneficio obtenido, compañeros incapaces de trabajar en equipo. Todos convencidos de que se salvarán solos o de que el problema de otro no es cosa suya.

La desidia de estas personas genera en los demás sentimientos de soledad, abandono, ira, sufrimiento y sobretodo desamor. La desidia es una forma de maltrato. Esta decisión de la responsabilidad individual tiene un impacto desequilibrante en el entorno de la persona y puede acabar destruyéndola. Porque no responder también es una respuesta… y peligrosa.

DESCUBRIR EL JUEGO DEL MANIPULADOR.

El manipulador es un mago de la palabra: rápido en sus respuestas, seguro en sus decisiones, contundente en sus argumentos, arrollador en su actitud; tanto que nos deja poco margen para reaccionar distinto a aquello que dictan sus designios.

Pero decir que el manipulador es simplemente, un ser egoísta que no tiene en cuenta las necesidades de los demás y que cree que el mundo existe sólo para servirle, sería mostrar únicamente una cara de la luna. Si profundizamos para comprender los motivos de dicha actitud, podremos trascenderlos.

Teniendo en cuenta que todo comportamiento se mantiene porque cumple una función, hemos de aceptar que una persona es manipuladora, porque con esa actitud obtiene lo que necesita. Y si a alguien le resulta más fácil obtener lo que necesita del exterior que por sus propios medios, estamos ante una persona con importante carencias (de confianza, autoestima, de valores…), aunque aparezca ante los demás como todo lo contrario. De hecho, se aprovecha de la energía de los otros para nutrirse de ella.

El manipulador establece vínculos de dependencia con alguien que no es consciente de la artimaña o, si la percibe, no puede safarse de ella, lo que le produce una gran frustración. Pero estas relaciones son como una partida de ajedrez en la que no es preciso ganar sino impedir que las piezas del otro entren en la mitad de su tablero, si lo hacen, la responsabilidad también será nuestra.

Para evitar o minimizar las consecuencias de este tipo de agresión es esencial plantearnos qué es lo que nos engancha al manipulador, pues nosotros también obtenemos algún beneficio de esta relación (seguridad, afecto, sexo…). También es fundamental vencer el miedo a expresarnos asertivamente. Superando esto, sólo pueden pasar dos cosas: que el manipulador recule o estalle el conflicto. Si finalmente la relación se arruina, como tanto tememos, será más fácil asumirlo que seguir arrastrando una relación dañina.

EL CHANTAJE EMOCIONAL.

Frases aparentemente inocentes pero que esconden una exigencia, amenazas para obtener un fin. Todo forma parte del chantaje emocional. La intención: provocar miedo, angustia, condicionar una reacción, etc.

El chantajista emocional se cree una víctima, es inseguro y temeroso, pero esconde sus propias necesidades, creándolas en los demás, y lo consigue. Desenmascarar al chantajista emocional resulta complicado, pues suelen comportarse así con las personas que más le quieren y que temen no estar a la altura de sus demandas. Cuando no obtienen lo que buscan, hacen que se sientan culpables, se muestran incapaces de aceptar un no.

Pero no podemos decir “si” si no queremos hacerlo. Por eso es muy importante dejar claros los límites, saber que nadie dirige las acciones de otro si no es él mismo. Saber que tenemos el mismo derecho de elegir como de equivocarnos es primordial.

Sin nuestro consentimiento, el chantajista percibe su impotencia y deja de intentarlo. Puede que tengamos que sufrir su enfado, pero basta con darle tiempo. Una vez que vuelva la calma, podemos utilizar el diálogo para explicarle cuáles son nuestras razones y hacerle entender que cuando pides, tienes que estar dispuesto a escuchar un si, pero también un no.

Algunas personas necesitan tiempo para entenderlo, el secreto está en dárselo.

DESAFIAR LOS DICTADOS DEL JUEZ.

En mayor o menor grado, a todos nos influyen las críticas que nos hacen los demás. Normalmente, somos capaces de procesarlas, algunas veces nos influyen para mejorar y otras las rechazamos porque no nos aportan nada positivo.

Pero hay situaciones en las que una persona allegada (nuestra pareja, familiar o amigo) se sitúa en el papel de juez en nuestra relación. En estas circunstancias, las críticas pueden convertirse en un elemento que destruya paulatinamente el concepto que tenemos de nosotros mismos y nuestra autoestima.

La autoestima configura las defensas de nuestro estado emocional frente a las agresiones que provienen del exterior. Si nuestra autoestima disminuye, aumenta nuestra vulnerabilidad como personas.

Los juicios de valor repetitivos sobre nuestro aspecto, nuestras actuaciones o nuestra forma de pensar tienen el poder de poner en entredicho el valor que nos damos y, por lo tanto erosionan nuestra autoestima. Esto ocurre porque damos a las palabras del juez más valor que a nuestras propias creencias.

Solo al darnos cuenta de que los juicios son una visión relativa que no tiene porqué coincidir con la nuestra, podremos empezar a ganar confianza.

Saber que nadie tiene el derecho de juzgarnos -que solo son opiniones personales, pero lo más importante es que no te sirven para crecer- nos permitirá empezar a independizarnos emocionalmente del juez.

De las opiniones de los demás sobre ti, valora sólo las que provienen de personas que te acepten como eres, y te entiendan; si no hay aceptación y comprensión, no las hagas tuyas.